viernes, 10 de julio de 2015

Deathgasm




La semana pasada se hizo público el teaser video del próximo Festival de Sitges, y entre sus 93 segundos de duración hay intercalados unos cuantos fotogramas pertenecientes a "Deathgasm", una peli neozelandesa que mezcla comedia adolescente, Metal, satanismo y gore. Nada nuevo, por otra parte, si en su momento tuviste la oportunidad de ver la -gran desconocida- serie de TV "Todd & The Book of Pure Evil" (por cierto, me descargué las dos únicas temporadas hace un par de años y sigo sin darle una oportunidad...).



sábado, 4 de julio de 2015

Popular 1 #500


Pese a las especulaciones que aseguran, año tras año, que al Popu le quedan dos cortes de pelo, ahí les tenemos. Con mejor o peor salud, pero aquí siguen. J.L. Martin Frias (el capitoste del asunto) asegura que las ventas están en 14000 ejemplares al mes; y debe ser verdad, de lo contrario no se explica que una publicación pueda sobrevivir con menos de diez páginas de publicidad mensuales. Pero es tiempo de celebración, así que me ahorraré cualquier comentario que pueda ser interpretado de malintencionado. A fin de cuentas, al iniciar esta segunda andadura del blog me prometí a mí mismo no dar tanto la chapa con el Popu, su rumbo, sus contenidos, etc... Aunque, bueno, ¿qué sentido tendría no dar la tabarra y, al mismo tiempo, conservar la marca Popujedi?

Afortunadamente, tanto el precio como el formato de este número 500 es el mismo que el de hace ya unos cuantos años. Mejor así. El último especial que publicaron (el del 30º aniversario -núm. 355, mayo 2003) me da pánico abrirlo por si se me descuajaringa en las manos. Y es que ese lomo sigue provocándome pesadillas... Y héte aquí una de mis obsesiones con la revista: mis Popus deben estar en perfecto estado. O así lo procuro (si alguno presenta un doblez, es muy probable que lo comprase así). Nunca llegaré al extremo de comprar dos ejemplares de cada número (como hacía -y supongo que seguirá haciendo- un conocido; uno para manosearlo sin complejos, el otro para conservarlo inmaculado dentro de una bolsita, como de un cómic de coleccionista se tratase), pero mi obsesión por la pulcritud roza lo patológico. Cada vez que mi novia me encuentra hojeando un número antiguo y le enseño la fecha de portada, un escalofrío (de puro terror) debe recorrer su espalda... "Con menudo tarao me he ido a juntar", pensará.

En cuanto al contenido en sí, pues número atípico donde los haya. Breves entrevistas a Public Enemy y Kamchatka para empezar, un reportaje de dos páginas dando buena cuenta de las últimas reediciones de Led Zeppelin (que, supongo, justifican el anuncio a página completa al dorso de la contraportada), y casi noventa páginas de "músicos y escritores comentan su disco favorito de la historia". Too much for my body, bitch. Ni rastro, pues, de las secciones habituales; lo cual es una gran putada, pues las ocho páginas del Correo y el Apéndice podrían habernos hecho el verano (al igual que el año pasado, no habrá número de agosto) un poco más llevadero gracias a alguna memorable salida de tono del Gran Jefe.

En los foros la recepción entre los lectores está dividida. Hay quienes no le dan más vueltas y se quedan con lo bueno, otros lo consideran simplemente una buena lectura playera (no será mi caso, pues JAMÁS expondría un Popu a unas condiciones climatológicas tan extremas -arena, salitre,... nada de eso, el ambiente más extremo que conocen mis Popus es el del escusado-), y otros, en cambio, se sienten decepcionados ante un número que, dado lo significativo de la efeméride, no ha estado a la altura de las circunstancias. Los más exigentes, incluso, añaden "tremendamente" delante del calificativo "decepcionante", y hay quien va más allá y ha decidido apearse de la revista (con vistas a volver a comprarla en el futuro, eso sí, si Muse aparecen algún día en portada -jajaja, lo llevas claro, compañero...-).


Puestos a posicionarme, no me encuentro entre estos últimos radicales, pero tampoco entre la facción más conformista. Sin duda ésta no es la clase de especial con la que esperaba encontrarme. Aún así, me ha hecho gracia la aparición de Sánchez Dragó y Rakel Winchester (sí, sí, la del marío de la cannisera) entre la lista de invitados (el polémico escritor ni siquiera comenta un disco de Rock), o la inclusión de pequeños detalles completamente absurdos como que el disco populero por antonomasia (en efecto, el Appetite) venga comentado por un tal "un guardia civil anónimo" (¿¿¿tal vez Antonio David???), o que aparezcan en negrita las palabras "graduado escolar" en la reseña que firma Ree Kohl (por cierto, el tono empleado en las reseñas que firman el señor Kohl, Johnny B. Nasty o David Kiss es el que yo, personalmente, aprecio, y no una fría enumeración de los méritos de cada una de las canciones incluídas en el disco en cuestión. A mi parecer, la miga que puedan tener estas reseñas personales es, precisamente, el carácter autobiográfico que el autor les quiera insuflar). Se excusa/justifica/defiende/o simplemente añade Federico Navarro que, "tras 42 años en los quioscos, sorprender al lector es, cada vez más, un verdadero reto". Bien, no se puede negar que a mí han conseguido sorprenderme. Tanto para bien como para mal, también sea dicho de paso; pero es que rara vez el Popu me deja indiferente. La penúltima vez ocurrió hace unos meses, tras el dossier dedicado al Thrash Metal, cuando Cesar confesó que Overkill, Death Angel y demás thrashers están presentes en su dieta musical, y que ¡los dos primeros discos de Annihilator están entre lo mejor del género! Glups... ¿Qué será lo siguiente? ¿Declararse fan de Savatage? Lo mismo así es, quién sabe. Habrá que preguntarle qué etapa prefiere, la minoritaria, con el orondo Jon Oliva a las voces, o la que les catapultó al éxito (moderado) con su sustituto, el estrábico Zachary Stevens... La duda me corroe.

Ya para acabar: felicidades por estos 500 números, que hayan -como mínimo- otros 500 más, que Popu forever, y que mientras se mantenga en los kioskos, ahí seguiré yo, mes a mes junto a otros 13999 popu-heads (in)satisfechos.


 

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