

Algunas bandas, además, te lo ponen a huevo:
Green Day = galletitas Soylent Green
Korn = mazorcas de maíz
Nashville Pussy = es una alternativa, pero ¿tiene que ser de Nashville?
La Polla Records = humm... va a ser que no
No siempre se puede satisfacer al estómago con estas conexiones gastro-musicales; al fin y al cabo, ¿que te metes entre pecho y espalda si tienes una cita con Metallica? ¿Un tornillo? Peor aún con Municipal Waste (aunque no hay duda que sería una cena económica). Y ya no te cuento si son Guano Apes... ¡Puagh!
Casos incomibles al margen (Poison, Anthrax o Ratt), me estoy preguntando qué cenaré mañana antes de que Eric Forrest y sus E-Force repase los discos que grabó ("Negatron" y "Phobos") junto a los futuristas Voivod... ¿Acaso una sopita de pláncton? ¿O mejor un zurullo reciclado? Ninguna de estas opciones me convence, la verdad. ¿Algún astronauta en la sala que me pase unas píldoras concentradas?