Dos décadas nada menos han pasado desde que "Empire" viera la luz... ¡Veinte años! Y lo cojonudo es que parece que el tiempo no ha pasado por él. Pese a que ya no lo escucho con regularidad, no sólo sigo pensando que es la obra cumbre del quinteto de Seattle, sino que continúa formando parte de mi particular lista de los "50 mejores discos de Rock de todos los tiempos". No importa que cada año uno o dos títulos se sumen a la lista; "Empire" -disco esencial donde los haya para un servidor- siempre tendrá un lugar privilegiado.
Lo curioso de mi relación con Queensrÿche es que, a pesar de que el primer videoclip que rodó la banda en su carrera (perteneciente a su tema "Queen of the Reich") entró en mi vida allá por 1984/85, y que "Operation: Mindcrime" (1988) llenó en su época páginas y más páginas en la prensa metálica durante meses, no me digné a comprar un disco suyo hasta 1990, precisamente con el título que nos ocupa.
Como pasaba muy a menudo en aquel entonces, descubrí "Empire" por pura casualidad: en uno de los dos canales estatales emitieron el clip del single de presentación, y la canción me atrapó de inmediato.
Una vez me hice con el disco, la decepción llegó en casa, cuando lo pinché en el stereo. Y es que mi primera impresión fue que me había equivocado por completo al realizar dicha compra. No es de extrañar. En mi vida había oído nada igual (o que remotamente se le pareciese), y por aquellos días mi receta musical se basaba exclusivamente en Judas Priest, Accept, Iron Maiden, Twisted Sister, etc. (material de primera -qué duda cabe- pero que no encajaba con el concepto "sofisticación" del que Queensrÿche hacían gala). Así que es normal que mi reacción natural fuera maldecirme por haber malgastado el dinero de aquella manera...
Afortunadamente, por entonces no era como ahora, que te bajas discografías enteras con un sólo click. En aquel tiempo, comprarse un disco significaba que harías sonar aquel pedazo de plástico durante semanas y meses hasta que tus escasos ahorros te permitiesen hacerte con otro título a añadir a tu paupérrima discoteca. Es decir, que si un disco no te gustaba no era porque no lo hubieses intentado.
De esta forma, y a base de escuchas, mi reticencia inicial se vino abajo, y poco a poco fui asimilando las canciones menos rockeras del disco. Fue sorprendente que, con el tiempo, el tema "Empire" y "Resistance" -otro de los momentos duros del disco- dejasen de ser mis favoritos, perdiendo posiciones respecto a piezas diametralmente opuestas, como "The Thin Line" o "Jet City Woman".
Sin lugar a dudas, admitir la grandeza de "Empire" me permitió más adelante adentrarme en bandas menos afines al estándar metálico, formaciones más cercanas al rock progresivo o al hard melódico. Por todo ello debo estarle agradecido a Queensrÿche, quienes desde entonces han tenido -discográficamente hablando- sus más y sus menos, pero para quienes siempre tendré un puesto de Honor.
A todo esto, el disco fue un éxito enorme. Ventas multimillonarias, triple platino, una balada ("Silent Lucidity") sonando en Los 40 Principales, siete singles con sus correspondientes videoclips, años de gira empalmando un tour con otro,... Una locura, vaya.
Y como hoy nos hemos quedado sin la sección habitual de los lunes (los clips de la semana), hete aquí todos los clips que se rodaron en su momento (más un extracto de un unplugged en el que se interpreta "Della Brown", uno de mis temas favoritos del disco y de la banda).
La reciente edición conmemorativa del vigésimo aniversario de "Empire" la puedes descargar desde aquí.