domingo, 26 de febrero de 2012

Wolfsbane Save the World


Si fuese cierto ese dicho popular que sostiene que los oídos zumban cada vez que alguien habla mal de ti, es bien seguro que de 1994 a 1999 no hubo en toda Inglaterra un problema de tinnitus más agudo que el que hubiese padecido Blaze Bayley. Pobre hombre, ¡lo pusieron verde a diario! (en dura competencia con su valedor, un desorientado Steve Harris que pensó que podría sustituir sin problemas a Bruce Dickinson al frente de la Doncella). Y pobre señora Bayley, también, que sin comerlo ni beberlo se vio haciéndole la competencia a Charlotte (aquélla que vive en el 22 de Acacia Avenue) en la calenturienta mente de los fans de Iron Maiden...

Pero, si bien el papel de frontman de tan británica institución le vino grande desde el principio, no es menos cierto que Bayley se defiende al frente de la banda que le dio a conocer: Wolfsbane.

Honestamente, nunca se me ha podido considerar fan de esta formación, aunque tampoco renegué jamás del único disco que tengo en propiedad (el EP "All Hell's Breaking Loose... Down at Little Kathy Wilson's Place"). Por eso mismo no esperaba que el disco que acaban de lanzar, este "Wolfsbane Save the World" fuese tan jodidamente efectivo.


Las reminiscencias a The Who (y a Meat Loaf en la épica "Illusion of Love"), al punk más nervudo (en "Teacher" llegan a recordar a The Dictators), al hard&heavy plenamente británicos, e incluso al ska (en "Live Before I Die") y al garage, hacen de este disco un cañonazo a tener muy en cuenta. Que las patillas y el tripón que se gasta Blaze no te engañen: Wolfsbane molan un güevo.




martes, 14 de febrero de 2012

San Valentín Hard-Core


¡Hey, tropa, sigo aquí! Ni me han roto las piernas ni me han cortado la conexión a internet; simplemente he estado demasiado enfrascado leyendo cómics y matando las horas con los videojuegos. ¡Y qué mejor día que éste -tan intrascendete él, pero tan cargado de buenas vibraciones- para retomar la actividad bloggera!

En una celebración tan estúpida como la de hoy nada mejor que un post a su altura: el romance (no consumado) entre dos destetados a ritmo de insufrible metalcore.

He aquí a Juliet, una criaja australiana que con su hardcore furioso con tufillo Disney le canta a sus mascotas. El remolino que hace con los brazos es todo actitud.



Y he aquí a Jacob, un panoli de 6 años que pretende darle lecciones de agresividad infantil a la chiquilla. Un soplamocos le daba yo a éste...



Y tras el desafío, el lanzamiento de trastos por parte del enano.


 

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