lunes, 27 de abril de 2015

La política de precios de Dream Theater


Dime: ¿de qué grupo en activo puedes comprar sus últimos discos de estudio por menos de 9 € cada uno? (...) No pienses en Pablo Alborán, mamón, que te veo venir. I'm talking serious. (...) Pues claro que sí, ¡¡Dream Theater!! (coloqué su nombre en el título del post para evitarte un derrame. Gracias).
 

De acuerdo, hay gente que, ni a 4 euros la unidad, estaría dispuesto a aflojar la pasta por un disco de estos pajilleros de conservatorio, pero creo que su ejemplo es sintomático del estado en que se encuentra la industria discográfica hoy en día. ¿Por qué un disco no tiene el mismo ciclo de vida que un libro o una película? ¿Por qué hay que seguir pagando 15 o 20 euros por un cd que ya agotó su período de mayor tirón?


Le he estado dando vueltas al asunto, y otra de las contadas bandas que, después de 12 o 18 meses, veían reducido el precio de su último lanzamiento a prácticamente la mitad fueron Pantera. Casualmente, Pantera y Dream Theater fueron bandas pertenecientes a alguna división de Warner... ¿Quiere eso decir que este sello aplica esa política de reducción de precios con todos sus artistas? Pues, la verdad, no tengo ni puta idea, no me he puesto a investigar al respecto, pero lo dudo. Más bien estoy convencido que esta estrategia es propia de las bandas. Basta detenerse en Dream Theater de nuevo, quienes, tras abandonar Elektra y fichar por Roadrunner, han continuado con esta práctica tan saludable para el bolsillo de sus fans.


A propósito de todo esto... a Dream Theater les di de lado con "Train of thought" (2003). Hasta ese momento adquiría con celeridad todas sus novedades, pero tras ese disco me harté de ellos. Sin embargo, motivado por los bajos precios (y, qué coño, porque siempre queda un resquicio de esperanza), desde entonces me he hecho con casi todos sus discos posteriores. Acumulando polvo están en la estantería, eso sí; pero, oye, ¿no sería bonito que todos los grupos siguiesen la política de precios de Dream Theater?



He aquí la opinión que tiene el Führer de nuestros protagonistas. Por una vez no podría estar más de acuerdo con él.


domingo, 26 de abril de 2015

El proyecto #StAnger2015


Hay dos discos de Metallica que jamás compraré: "S/M" y "St. Anger". Le pueden dar mucho por ahí al completismo, que esas dos joyas no las quiero ni regaladas. Los experimentos sinfónicos, por lo general, me la repamplinfan bastante (y, si encima, son Sado/Masoquistas, todavía más), pero tener que prescindir de un álbum de canciones originales porque las cabezaspensantes no fueron capaces de admitir que la estaban cagando durante el proceso de grabación... pues me molesta, la verdad. Con lo sencillo que hubiese sido hacer las cosas bien...

Por suerte, doce años después de la publicación de ese engendro, y gracias a la iniciativa de tres tíos que tocan en un par de bandas de metalcore de tercera categoría (¿hay alguna que no pertenezca a esa categoría?), por fin se puede disfrutar de "St. Anger" en todo su esplendor. Para ello han prescindido del sonido de bidón de gasolina de la batería y han sacrificado 15 minutos de la duración original (que no eran más que cansinos bucles de riffs repetidos hasta la nausea), haciendo que varios temas se hayan acortado incluso 4 minutos. Todo un trabajo de producción, sí señor, al contrario de lo hecho por Bob Rock, que no sé cómo cojones tuvo el morro de cobrar por una faena que no llevó a cabo. Este viernes, precisamente, se hicieron públicas unas declaraciones de Míster Rock, quien, no sé si motivado por la vergüenza y la culpa, declaró que Jimmy Page y Jack White consideran "St. Anger" el mejor disco de Metallica. Ahora sólo falta que, en respuesta a las palabras de David Bowie respecto a "Lulu", otra banda de metalcore (ya no añadiré "de 3ª categoría" por la obviedad) lo regrabe y saque oro del fango.




Nunca pude escuchar entero "St. Anger". Me crispaba. Ahora que he escuchado más de 50 veces este "#StAnger2015" y estoy familiarizado con las canciones, he vuelto a intentarlo con el disco original. Sigo sin poder acabarlo. Horroroso es decir poco.



sábado, 25 de abril de 2015

"Twisted Sister. La llama continúa encendida" (de Sergio Linares)


Ponerse a escribir un libro (sea novela, ensayo o lo que sea) no es una labor al alcance de cualquiera. Solamente el hecho de pensar en la disciplina y tesón que requiere me pone el cuerpo malo. Por ese motivo, y al margen de la calidad del resultado final,
aplaudo a quienes tienen los santos bemoles de sentarse delante de una pantalla a teclear durante horas, día sí, día también, hasta poner el punto final a la empresa que en algún momento sólo era un sueño en sus cabezas.

Dicho esto, es de agradecer que se publique un libro dedicado a Twisted Sister en nuestro país, un riesgo absoluto -y más en los tiempos que corren- dado que siempre ha sido una banda menospreciada/desconocida por muchos rockeros. Lo compré la semana pasada y, entre episodio y episodio de "Daredevil", me lo he ventilado en 4 ratos.

Viniendo de la mano de Quarentena Ediciones no esperaba ninguna maravilla del nivel de "Alice Cooper. Por un billón de de dólares", y debo decir que, aunque sumamente entretenido, mis expectativas han sido cubiertas; más que nada porque dichas expectativas no se han visto empeoradas, pero tampoco mejoradas. Lo cual, después de leer el prólogo (una garrulada escrita por Óscar Lujuria), es para quedarse más tranquilo.

Como ya dije respecto al libro de Lynyrd Skynyrd (publicado por la misma editorial), se echa en falta a gritos un editor que revise y pula los textos, que aporte ideas al autor sobre cuestiones que se pasaron por alto en un primer borrador (por ejemplo, más detalles biográficos de cada uno de los músicos, un comentario más pormenorizado de su discografía, qué influencias musicales y estéticas pesaron más hasta definir su propia personalidad, etc),... Más exigencia, joder, que al final va a parecer que esto de escribir un libro está realmente al alcance de cualquiera.


AJ Pero R.I.P.



viernes, 24 de abril de 2015

Daredevil


Televisivamente hablando ésta ha sido mi semana Daredevil; una semana atípica, pues hacía años que no empalmaba un episodio tras otro con ninguna serie. A ello contribuye que el canal Netflix acostumbre a estrenar de golpe la temporada entera de cada una de sus series (y todo un lujo que haya webs -que actúan casi al margen de la justicia estatal, que dirían Barón Rojo- y traductores altruistas que nos las pongan en bandeja por la patilla). Todo un acierto por su parte.

Han sido 5 intensos días visionando 13 capítulos que, tampoco era difícil, borran de un plumazo la birriosa versión cinematográfica de Ben Affleck. Más de 12 horas en compañía de los abogados Matt Murdock y Foggy Nelson, su secretaria Karen Page (¡pibón!), Ben Ulrich, Wilson Fisk=Kingpin, su prometida Vanessa, Stick, el Gladiador en su identidad civil,... Faltan Elektra, Bullseye y tantos otros, pero -es mi opinión- tampoco era cuestión de presentar decenas de personajes para que luego sólo aparezcan en contadas escenas.

Admito que los primeros teasers me dejaron descolocado, con un Daredevil ataviado con pantalón y jersey negros y tocado, no con su habitual capucha, sino con un trapo que le envuelve media cabeza. Lo que por entonces yo desconocía es que ese look se corresponde con la versión del personaje que perpetraron Frank Miller y John Romita Jr en "Daredevil: the man without fear", una mini-serie de 6 números que vio la luz entre 1993-94, y que, casualmente, llegó a mis manos hace apenas un mes. Es lo que tiene haber estado alejado del Universo Marvel durante más de 20 años...

El final de la serie queda abierto a nuevos acontecimientos, lo cual es un alivio ahora que Netflix ha anunciado que habrá una segunda temporada el próximo año. Sin olvidar que pronto llegarán 4 mini-series más (que, quién sabe, lo mismo también acaban teniendo continuidad): las dedicadas a Puño de Hierro, Jessica Jones, Luke Cage (padre espiritual del actor Nicholas Cage, no lo olvidemos), y la que las unirá a todas: Los Defensores. La cosa promete. Y mucho.

Para cerrar, un video dedicado a Vanessa, que no sabemos si se halla oculta en Perú o vete tú a saber dónde.





miércoles, 22 de abril de 2015

"Yo, asesino" de Antonio Altarriba & Keko


Cómic y asesinos en serie, dos de mis principales intereses al margen de la música, reunidos en un solo volumen. Arte y crimen, las dos pasiones del protagonista de esta novela gráfica que admite múltiples lecturas; tantas que, por un momento, llegué a pensar que el asesino del título no era más que un mcguffin, una distracción, en manos del autor. Y es que Antonio Altarriba elabora, alrededor de esta figura central, una serie de temas personales que, como ex-catedrático en la Universidad del País Vasco, le han tocado muy de cerca: el terrorismo de ETA, el adoctrinamiento nacionalista y pro-violencia por parte de ciertos estamentos, el arribismo académico, la farsa de muchos artistas,... La carga autobiográfica, pues, es patente en muchos aspectos, e incluso personaje y guionista guardan más que un casual parecido físico, haciendo más intenso el juego de espejos. 

Segunda obra maestra consecutiva de Antonio Altarriba, quien, tras "El arte de volar", se ha convertido en un valor seguro dentro del cómic nacional. Y otro tanto para Keko, que ilustra a la perfección un guión detallado hasta la extenuación (aquí se puede descargar dicho guión por cortesía del autor).


domingo, 19 de abril de 2015

La Maldición de los Caballeros Sureños


Como ya sabrás, Bob Burns, el primer batería de Lynyrd Skynyrd, falleció el pasado 3 de abril en un accidente de tráfico, sumando otra baja más en el seno de la banda maldita por excelencia del Southern Rock. Lo que nadie ha dicho (o yo al menos no me he hecho eco) es que esta nueva muerte, pese a las poco insólitas circunstancias que la han rodeado, adquiere carácter profético si nos detenemos a estudiar los créditos de "(Pronounced 'Lĕh-'nérd 'Skin-'nérd)", el debut de la banda, pues en tan funesta fecha, pero 42 años atrás en el tiempo, fue cuando también se registró su tema más emblemático, el clásico "Free Bird".



Puestos a elucubrar teorías conspiranoicas y demás sandeces veremos que en tan fatídica coincidencia hay un componente diabólico, pues el monto de sumar las cifras de 42 es 6, el número satánico por excelencia. Glups. Pero no queda ahí la cosa. Casualmente, un par de días antes del óbito me hallaba leyendo "Lynyrd Skynyrd. Sureños de nacimiento... rockeros por la gracia de Dios" (de Vicente Javier García Vidri), en el que, entre otras muchas cosas, se relatan los pormenores que llevaron a la expulsión de Bob.

Al parecer, la impresión que le causó al bueno de Bob el visionado del film "El Exorcista", sumado a sus problemas con las drogas y el alcohol, le sumieron en un estado mental de confusión y paranoia demoníaca que le condujo a cometer locuras tales como lanzar por la ventana de un cuarto piso al gato de un hotelero, o intentar agredir a Russ Emerick, el road manager de la banda. ¿El motivo? En ambas ocasiones Bob alegó haber visto al Diablo reflejado en los ojos de sus víctimas. Semejantes chaladuras, cómo no, acabaron hartando a sus compañeros, quienes dieron por finiquitada su pertenencia a Lynyrd Skynyrd. Cierto es, por otra parte, que desde hacía tiempo Ronnie Van Zant llevaba barajando la posibilidad de sustituirle por otro baterista y relegarle así a mero percusionista, pero, tal como ha ocurrido en otras ocasiones en las que la duda y la sospecha se han cernido acusadoras, el tema se zanjó con evasivas, aduciendo el consabido cansancio que provocan las giras.


En cuanto al libro que he comentado dos párrafos más arriba: un correcto recorrido por la historia de la banda sureña que queda lastrado por la ausencia de un editor en condiciones (Quarentena Ediciones necesita urgentemente un Rick Rubin que ponga orden a sus habituales desaguisados), concretándose en algunas incoherencias, un exceso de prisa en la redacción del tramo final, y escasa preocupación del autor a la hora de contrastar las fuentes de información, pues el episodio satánico al que he hecho referencia -pese a lo entretenido que resulta- no es más que un bulo. La realidad del asunto (tal como el propio Bob explica en esta entrevista) fue mucho más prosaica: su expulsión se debió a su condición de bi-polar, un transtorno que en aquella época era poco conocido y que, por tanto, no se supo manejar adecuadamente.

Robert Louis Burns Jr R.I.P.

jueves, 16 de abril de 2015

The Parlor Mob: "Cry Wolf" (2015)


A puntito de la combustión espontánea tengo el memory stick donde guardo el mp3 de esta banda y que cada mañana enchufo en el reproductor de mi cuatro-ruedas. No sé cuántas escuchas son necesarias para acabar quemando un disco, pero creo que estoy a punto de rebasar ese punto. ¡Qué discarral! Cuatro años ha habido que esperar desde su anterior entrega, el también recomendable "Dogs", pero bien que ha valido la pena. Lástima que este "Cry Wolf" no sea más que un EP de 5 temas, porque un larga duración con el doble de cortes y mismo nivel ya sería la rehostia. 




Hacía muchísimo tiempo que la ÉPICA no me golpeaba como lo hace el tema de apertura, un "The Day You Were Born" de casi 8 minutos que paraliza el sistema nervioso. Le sigue un "Dead Man" que te deja al borde del sepulcro (de puro goce), y así hasta completar la media hora escasa de esta pequeña maravilla.






miércoles, 15 de abril de 2015

Metal is everywhere (1): Metallica & "Real Humans"


Inauguro "Metal is everywhere", una nueva sección aperiódica que irá apareciendo por aquí cuando tenga el día especialmente perro. Hoy no es uno de esos días, pero otras tareas me mantienen ocupado y no es cuestión de tener abandonado el blog nada más comenzar mi nueva andadura.

Las imágenes que acompañarán estos posts serán de películas, series de TV, cómics o cualquier otro medio que haga algún guiño al Metal (y con Metal incluyo también Hard Rock y otras malas hierbas). El pistoletazo de salida lo doy con este fotograma de "Real Humans", una teleserie sueca ambientada en un futuro -tan cercano que parece el presente- en el que los humanos conviven con androides.

Puede que, en sueco, "metal" se escriba con dos eles, pero en mi mundo eso es un graffiti de Metallica.
 

La serie no es gran cosa (de hecho, me queda un episodio para acabar la primera de las dos temporadas, y me da bastante pereza ponerme a ello), pero plantea alguna que otra reflexión interesante. Lo mejor, en cualquier caso, es la constatación que el uso que hombres y mujeres le daríamos a estos "asistentes personales robóticos" diferiría en un ligero matiz: mientras los hombres gozaríamos de una esclava sexual; las mujeres dispondrían de un esclavo (en toda la extensión del término).

domingo, 12 de abril de 2015

The morning after


Bien, finalmente el sentido común se impuso y  me decanté por Eldorado. Y bien que hice, creo yo (a menos que en el AK de ayer noche tuviese lugar un bukkake colectivo en el rostro de Katja, claro... De ser así, mi decisión fue 100% equivocada).

Whatever. El concierto estuvo guay; los 90 minutos pasaron como un suspiro y las cervicales no me dieron por el culo -como suelen hacer siempre-. Lástima que la afluencia de público fuese más bien escasa, con un Razztamazz 3 a un tercio de su capacidad (que no es mucha: 220 personas). Nada que ver con el sold-out que registraron el pasado 10 de enero en la Sala Monasterio... Aunque en aquella ocasión, todo hay que decirlo, el show era gratuito. Pese a ese detalle, tirón de orejas a los que allí se congregaron llevados por el todo-gratis, pues tras acabar la actuación parecía -vistas las caras de felicidad del respetable- que la banda había ganado de golpe a más de un centenar de nuevos fans.  Anoche quedó claro que no fue así. Fuck'em!

Y, bueno, no daré más detalles del concierto porque, al fin y al cabo, ¿de qué cojones sirven las crónicas de directos?

...

...

¿para una futura toma de decisiones, dices?

...

...

¿porque molan?

...

...


Cierro el debate con mis conclusiones; las crónicas de directos cumplen, esencialmente, 3 cometidos:

1) dar publicidad (buena o mala) a la banda: como no recibo payola me niego a exprimirme las neuronas redactando una parrafada que, las más de las veces, aburre a las vacas. En cualquier caso, aquél que se deje guiar por mis opiniones... mal lo lleva.

2) dar envidia a quien no asistió: no es mi caso, dado que prefiero reservar mi mala leche a un (posible y/o probable) bukkake con la amiga Katja.

3) marcarse un yo-estuve-allí: fenómeno tan idiota com los selfies masculinos, me abstengo de ir enseñando el jeto.


Dicho esto, tras Eldorado me esperaba otra cita. Como Katja finalmente no se presentó en el lugar acordado (mi insistencia sirvió de poco), pasé al plan B: Ignatius Farray en Rocksound. Sala a reventar, chascarrillos cómplices por parte de sus acólitos, y un par de lecciones de inglés elemental. Dudo que el mejor amigo de Juan Echanove ganase nuevos fieles, pero ofreció lo que se esperaba de él. ¡Olrait!




sábado, 11 de abril de 2015

¡Hola, cabrones! Tengo un dilema... ¡¡ayuda!!


Pues eso, que hace un rato me he levantado y me ha surgido una duda existencial de cojones. Es sobre dos eventos que tendrán lugar esta noche en Barcelona; ambos de carácter lúdico-festivo y, además, rockeros. Uno más que otro, eso sí.

La encrucijada de Jack y Kyle no es nada comparado con esto, os lo prometo. Estoy en un brete del copón. Por eso os pido que, entre todos, me podais orientar hacia el camino correcto. Las bombillas de las baldosas amarillas están apagadas, las muy putas, y soy incapaz de encontrar la luz entre toda esta oscuridad.

Mis opciones son éstas:



 

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