Burning Rain 'Burning Rain' (1999)

Burning Rain, la banda que formaron el guitarrista Doug Aldrich y el cantante Keith St. John cuando la década del grunge daba sus últimos coletazos, fue uno de esos proyectos que se ponen en marcha en el momento menos oportuno. Estoy seguro de que, de haberse gestado recientemente, Burning Rain se hubiesen hecho pronto un nombre en el circuito del Hard Rock recio pero de tintes melódicos, y que no serían pocas las revistas que les acogerían con los brazos abiertos como la nueva esperanza blanca de un género minoritario que cuenta con una sólida base de seguidores.

La historia de la banda no pudo ser más breve; un año después de registrar su debut para el mercado nipón, Burning Rain grabaron un segundo álbum, "Pleasure to Burn" (que reconozco no haber escuchado), y, luego, la inevitable separación. En 2005 se anunció que el grupo se reunificaba y que, a través del sello alpino Frontiers, se lanzaría al mercado una nueva colección de canciones, pero, al final, nada de nada. Han acabado convirtiéndose en banda de culto para un puñado de aficionados, y poco más. Aunque, quién sabe, en estos tiempos de músico pluriempleados, lo mismo un día deciden volver a poner la rueda en movimiento...

En cualquier caso, definir a Burning Rain es sencillo: mezcla en tu coctelera a Whitesnake, Led Zeppelin, Thin Lizzy, Van Halen y Mr.Big, agita bien fuerte y ahí los tienes. No inventan nada, apenas aportan algo significativo, pero qué más da. Sonidos clásicos, atemporales, para treinteañeros sin complejos y cuarentones que se resisten a envejecer con dignidad. Bájalo aquí si te la trae al pario que te apunten con el dedo por la calle.