Adelanto de la biografía de Slash

Han pasado más de seis meses desde que diera la noticia en mi anterior blog, y hasta hace unos días nada se sabía de cómo marchaban las cosas en Es Pop acerca de la traducción de la autobiografía de Saul Hudson... Pero quienes ansiamos tener entre nuestras manos ese libro podemos estar tranquilos: Óscar Palmer, el capitán de la editorial mallorquina, se ha encargado de ponernos al corriente sobre la situación de su próximo título tanto en su siempre interesante blog Cultura Impopular como en el foro del Azkena Rock Festival. El retraso simplemente se ha debido a una acumulación de trabajo, así que en cuestión de unos meses se podrá leer en castellano todo lo que Slash ha querido compartir con el mundo sobre su infancia rodeada de rock-stars, sus años de gloria junto a Guns N'Roses, y sus posteriores altibajos escudando a Marta Sánchez, Paulina Rubio y demás compañías poco recomendables.



Ahí va un pequeño adelanto de lo que nos espera en sus páginas:

«Durante la gira con The Cult, nos alojamos en hoteles de menor categoría que los suyos, pero eso no nos impedía ir hasta allí para destrozarlos igualmente. A menudo la noche terminaba conmigo y con Duff siendo expulsados de allí, bien por los empleados del hotel, bien por los propios miembros del grupo. Se nos planteaba entonces el dilema de tener que encontrar el camino de vuelta hasta donde coño fuera que estuviera nuestro hotel. Una noche acabé tan pedo que perdí el conocimiento en el sofá del vestíbulo del hotel de The Cult y Duff me dejó allí tirado. Me desperté a eso de las cinco de la madrugada para descubrir que me había meado encima mientras dormía. Por si eso fuera poco, no sólo no llevaba encima la llave de mi habitación sino que ni siquiera tenía ni idea de dónde nos alojábamos. Los recepcionistas del hotel no hicieron nada por ayudarme, probablemente porque estaba empapado en pis y olía como una taberna. Salí a la fría noche canadiense, a vagar sin rumbo por las calles heladas, con la esperanza de encontrar el camino. Una vez fuera, sólo vi un hotel, situado a bastante distancia de allí, pero tuve suerte y resultó ser el nuestro. Más suerte aún tuve de llevar puestos unos pantalones de cuero, ya que de otro modo se me habrían helado los cojones. Es una de las grandes ventajas que tienen los pantalones de cuero: si te meas con ellos puestos retienen el calor mucho mejor que los vaqueros».